martes, 9 de noviembre de 2010

documento del modelo


Universidad católica de la santísima concepción
Pedagogía media en lenguaje y comunicación



                          El nuevo historicismo

                                            Introducción al New Historicismo  

  El nuevo historicismo ha contribuido a la renovación  de los planteamientos  teóricos  y prácticos  de la teoría literaria  y los estudios culturales.  El nuevo historicicismo es un movimiento de la crítica literaria angloamericana, su difusión fuera de este ámbito  lingüístico geográfico ha sido insuficiente, y su difusión en la teoría  literaria europea  continental y en la española en particular es aun incipiente, es decir inexistente.
     El nuevo historicismo como movimiento ha tenido la virtud de suscitar una controversia crítica con las corrientes dominantes del mercado académico y particularmente con los descontruccionistas  de los Estados Unidos. 
    Este movimiento se caracteriza por la circulación inseparable de textos literarios y no literarios, la tarea critica se definiría en gran medida por desmantelar la dicotomía entre lo económico y lo no económico por mostrar que las practicas aparentemente mas desinteresadas, arte incluido , persiguen un beneficio o una forma de rentabilidad , materiales y simbólicos. Los análisis del nuevo historicismo han establecido  relaciones entre actividades, fenómenos, textos, objetos, instituciones, que previamente se entendían como heterogéneos e independientes.  El nuevo historicismo no toma lo literario como una noción estable ni da por supuesta la existencia de un dominio estético autónomo, sino que incide en la complejidad y la contingencia histórica en  el concepto de literatura. Los límites de la literatura son permeables, negociables y renegociables, y estas negociaciones son sociales, ya que “hasta la imaginación del artista es un contracto social”. El nuevo historicismo considera ingenuas e ilegitimas muchas de las aproximaciones históricas y tradicionales a la literatura y las artes. Entre ellas critica la practica de encontrar la historia fuera de los textos con la función de conjunto de objetos o sucesos a los que el texto alude o designa: entre otros términos la practica de entender que la historia constituye una especie de fondo que el texto recoge o refleja, este caso la historia aparece como un conjunto de significados o de referentes que el critico a de relacionar con un conjunto de significantes literarios.
     En el caso de la obra literaria o el objeto cultural dan forma a la situación de la que al mismo tiempo son una reacción o derivación, lo que hace el texto es reestructurar su contexto ideológico que esta conformado por las situaciones que lo originan y a la vez conforman tales situaciones: textualiza una situación y simultáneamente da forma a la situación que textualiza. Esta crítica literaria tradicional ha puesto en circulación un grupo de términos para describir la relación entre los textos y los hechos históricos a los que se refiere: alusión, simbolización, alegorización, representación etc. Todos estos tienen una larga tradición y su uso en la disciplina los ha hecho indispensables.
                                                            
                                                        El nuevo historicismo
        El nuevo historicismo o (new historicismo) norteamericano nace en la universidad de Berkeley en donde un grupo de profesores como Stephen Greenblatt, Catherine Gallagher, Louis Montrose, entre otros deciden iniciar el ¨retorno hacia la historia¨. Este movimiento también es designado (representations school), en vista de su principal órgano difusor la revista representations. Nace como consecuencia del posestructuralismo, la historia ya no era lo que solía ser un entorno de idead o un campo de hechos empíricos, los nuevos historicistas postulaban que la historia acentuaba el papel de la representación y el discurso de la vida social. Los académicos neo historicistas comienzan su análisis de los textos literarios, intentando observar otros textos (literarios y no literarios) y lo que el autor original del texto debió haber leído. El propósito de esta búsqueda, no es derivar las fuentes directas de un texto, como hicieron los neocríticos, sino comprender la relación entre un texto y las circunstancias políticas, sociales y económicas en las que se originó.
      Cabe destacar que entre sus precursores mas copiscuos se encuentra Michel Foucault, quien concebía la historia como circulación dinámica fluctuación discursiva de epistemes adyacentes al texto, Clifford Geertz  (La descripción densa). El corpus de estudio del nuevo historicismo ha sido conformado por el teatro Isabelino y por las obras de William Shakespeare. La idoneidad del teatro para ilustrar los postulados neo historicistas  se cifra en su naturaleza de genero colectivo y destinado a la colectividad; además el teatro isabelino trata el tema del poder y se ubica en el renacimiento, momento histórico de la construcción del sujeto.
      El objeto principal del teatro esta en los elementos que dan cuenta de la historicidad del texto ; no se orienta la mirada al centro del dominio literario (literariedad), sino a los bordes o márgenes de la obra ; episodios históricos, relaciones de poder , tema de la brujería y de los carnavales, sumarios de ejecuciones, etc.
      Los textos son el único vínculo para tener acceso a la historia, ya que estos forman parte de ella, se conocen también como artefactos culturales en lugar de iconos verbales y se niega la autonomía del creador, en estos textos la cultura es entendida como la suma de negociaciones, intercambio cultural y circulación. El nuevo historicismo contempla nociones de comprobación, consolidación, contención, explicación y subversión en cuanto a modos de legitimación estética del renacimiento; y se debate la idea de una apropiación e interacción entre el poder del estado y las formas culturales, el interés por el lenguaje se inclina hacia la energía o habilidad retorica para provocar una sacudida en la mente.
        La posición de esta crítica repudia al formalismo y el inmanentismo y propugna la eliminación de la dicotomía entre el texto y el contexto, entre la literatura y las otras formas culturales, este movimiento  es heredero del marxismo crítico y esta vinculado a la poética cultural. El nuevo historicismo supone el regreso a la historia, de la critica  literaria, y tanto este como el materialismo cultural ingles, son hijos de l posestructuralismo, tanto por su postura ideológica como por su concepción de cultura, el nuevo historicismo se considera como un método de análisis de texto de los estudios culturales.
      El nuevo historicismo constituye un procedimiento de crítica de textos literarios, pero esta critica no esta tan interesada en las propiedades estéticas de la obra, como en su calidad de registro del pasado. De hecho la búsqueda de los elementos de de contención y subversión y de las relaciones de poder  se afilia claramente con otros enfoques coetáneos como el feminismo y el postcolonial ismo; La heterogeneidad de los fenómenos analizados remite a veces  la semiótica. En cuanto a su parentesco más evidente, el marxismo, la distinción proviene también de la estirpe postmoderna de los neo historicistas. 
    El neo historicismo  postula que en cuanto a la independencia del autor existe una circulación dinámica colectiva de placeres, ideas e intereses, Greenblatt (uno de los impulsores del nuevo historicismo), plantea que no puede haber arte sin energía social; El teatro es el producto manifiesto de propósitos colectivos. Tanto el nuevo historicismo como el materialismo cultural nacen ligados a una corriente concreta “El renacimiento” y a un genero concreto, el teatro y a un autor concreto en este caso William Shakespeare, por su condición de artista total en una sociedad totalizadora, Greenblatt también dice que el renacimiento procede la construcción histórica del sujeto. 
    Los críticos  neo historicistas comparten con aquellos de enfoque marxista una voluntad semejante de ligar la obra literaria al contexto histórico en el que surge.  En este sentido, también reaccionan contra el principio formalista del texto como un artefacto autónomo al que se le niega su historicidad y, por el contrario, pretenden situarlo en el marco contemporáneo de hechos, ideas, conflictos e intereses.  Sin embargo, aunque se aprecie en ella la influencia del marxismo contemporáneo, en particular la de las ideas de Louis Althusser acerca de la complejidad y multiplicidad de factores que intervienen en la realidad social, la crítica neo historicista no puede ser considerada un enfoque puramente marxista.          
             
              También toma prestadas ideas y conceptos del teórico postestructuralista Michel  Foucault, de los trabajos antropológicos de Clifford Geertz, o de los estudios de hermenéutica moderna de Hans Gadamer.  De hecho, el neo historicismo no sólo ha recibido los ataques previsibles de los críticos formalistas por desatender las propiedades literarias del texto y difuminar los límites entre la literatura y la historia, sino también los de algunos críticos marxistas por su concepto tan poco consistente de la historia; por carecer de una teoría de la historia que explique con claridad sus causas y sus efectos.  Sea como fuere, la noción de historia del neo historicismo difiere de la que sostenía lo que se denomina el historicismo antiguo: una historia unitaria, completa y coherente en la que todo suceso encontraba su función y su significado.  Para la crítica neo historicista, la historia no debe confundirse con una narración cuyo orden lógico y coherente trata de transmitir, claramente, valores ideológicos de evolución y progreso. 
      No hay una Historia en mayúsculas sino diferentes historias que interactúan entre sí de manera conflictiva, y que son los contextos donde se generan y reciben las prácticas culturales.  La atención neo historicista a la cultura y al poder es deudora, en buena medida, de los escritos de Foucault sobre la formación y funcionamiento de las prácticas discursivas, es decir, de las diversas construcciones retóricas, ligadas al conocimiento y el poder, de una cultura particular.  Foucault lleva a cabo investigaciones genealógicas en las que rastrea cómo se han ido configurando históricamente los distintos discursos del conocimiento de Occidente: el discurso de la ciencia, el de la medicina, el de la sexualidad, el de la locura, el de la disciplina y el castigo, etc.  Cada una de estas prácticas discursivas comporta una voluntad o relación de poder puesto que, en tanto ponen en pie los marcos conceptuales de una cultura, ejercen una evidente influencia y dominio sobre la manera en que pensamos y actuamos.   Por otra parte, el neo historicismo también se distingue de la crítica marxista en cuanto se muestra más pesimista en relación a las posibilidades de oponerse y cambiar las condiciones sociales y culturales.  Mientras que un movimiento crítico semejante, aunque de premisas más marcadamente marxistas, como el británico materialismo cultural liderado por Raymond Williams, se interesa optimistamente por la subversión de las estructuras culturales dominantes, el neo historicismo atiende a los mecanismos y modelos de contención y consolidación que garantizan el estado de cosas impuesto por los poderes hegemónicos.  Si los materialistas culturales apuntan a los puntos o momentos de ruptura y transgresión de la historia que pudieran resultar en algún cambio social o cultural, los neo historicistas los señalan para destacar cómo son controlados e integrados por la cultura y sociedad dominantes. 
     El principal representante del neo historicismo norteamericano, Stephen Greenblatt, centró su labor investigadora de los años ochenta en el Renacimiento.  En su libro más conocido, Renaissance Self-Fashioning: From More to Shakespeare (1980), estudia de qué manera la identidad o subjetividad del individuo no es sino el resultado de las estructuras ideológicas y de poder de la sociedad.  Tanto ahora como en el Renacimiento, el sujeto, sea el escritor sea el personaje literario, se construye por medio de la interacción de los sistemas y prácticas culturales. 
Stephen Greenblatt:
    Es considerado por muchos como el fundador del nuevo historicismo por haber utilizado este termino a principios del año 1980. Concibe al neo historicismo como un “procedimiento de critica” al cual llama “poetics cultural” Las lecturas de greenblatt tratan generalmente del poder y sobre la manera en que se mantiene por medio de la representación. Sus estudios estaban centrados en el teatro isabelino y las obras de Shakespeare, aquí mostraba el teatro como un texto vivo para dar a conocer el momento histórico y situación política de una época, Greenblatt aboga por una poética cultural que estudie las negociaciones, transacciones y cambios culturales y sociales.  Greenblatt se apoyaba en su argumentación para ejemplificar de lo que se trataba el neo historicismo:
(...) “Lo primero fue mi deseo de hablar con los muertos, ni siquiera renuncie a ese deseo cuando comprendí que por mas que me esforzara en escuchar, lo único que alcanzaría a oír seria mi propia voz”. Con esto trataba de explicar que los muertos nos hablan a través de los textos por medio de nuestra propia voz.

Michel Foucault: 
     Siguiendo a Foucault, el neo historicismo a menudo señala la idea de que el denominador común mínimo para todas las acciones humanas es el poder, por lo que el neo historicista busca encontrar ejemplos de poder y cómo se dispersa dentro del texto. El poder es un medio a través del cual los marginalizados son controlados, y es la cosa que los marginalizados, por consiguiente, buscan obtener. Esto remonta a la idea de que porque la literatura es escrita por aquellos que tienen más poder, debe haber detalles en ella que demuestren las perspectivas de la gente común. Los neo historicistas buscan encontrar "sitios de conflicto" para identificar cual es el grupo o entidad con mayor poder.      Las discusiones de Foucault acerca del panopticón, un sistema de prisión teórico desarrollado por el filósofo inglés Jeremy Bentham, son particularmente útiles para el neo historicismo. Bentham afirmaba que el sistema perfecto de prisión/vigilancia sería una habitación de forma cilíndrica que tuviera celdas sobre las paredes externas. En el medio de esta habitación esférica habría una gran torre de seguridad con una luz que brillara sobre todas las celdas. De esta forma, los prisioneros nunca darán por cierto si están siendo vigilados, por lo que se protegerían a sí mismos, y serían como actores sobre un escenario, dando la apariencia de sumisión, aunque probablemente no estén siendo observados. Foucault incluyó el panopticón en su discusión sobre el poder, para ilustrar la idea de vigilancia lateral, de autocontrol, que aparece en el texto cuando aquellos que no están en el poder son obligados a creer que están siendo observados por los que sí lo están. Su propuesta era demostrar que el poder cambiaría a menudo la conducta de la clase social subordinada, y que siempre caerá un eslabón sin importar si hubo o no la necesidad de hacerlo.

  Clifford Geertz:
      Geertz sostenía que para estudiar la cultura desde un punto de vista antropológico, es imposible aplicar una ley o una teoría determinada, la única manera de estudiar las conductas humanas dentro del contexto cultural al cual pertenecen, es a través de la experiencia y de la observación del investigador, de esta manera las manifestaciones de cada cultura, según Geertz, deben ser estudiadas de la misma manera que la arqueología estudia el suelo, “capa por capa”, desde la más externa, es decir desde aquella en donde los símbolos culturales se manifiestan de manera más clara, hasta la capa más profunda, donde se encuentra la matriz de estos símbolos a los cuales hay que identificarles el significado, dejando de lado los aspectos ontológicos del mismo.

                                                            Bibliografía 
            - Culler, J. (1997). Breve introducción a la teoría literaria.
            - Staiger, E. (1946), conceptos fundamentales de poética.



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